Terapia de Movimientos Rítmicos
Los reflejos primitivos son aquellos reflejos que están presentes en el momento del parto y que nos ayudan a la supervivencia. Por ejemplo, cuando a un bebé le tocamos un lado del labio se vuelve en busca del pecho para amamantar, ese es un reflejo primitivo, el de succión. Esos reflejos se van integrando luego en reflejos posturales a partir de los seis meses en que empieza el desarrollo motriz del bebé y hasta ponerse de pie y empezar a caminar. Cuando por cualquier circunstancia uno de esos reflejos no se integra y se mantiene activo es cuando aparece un problema en el desarrollo de habilidades. Un ejemplo sería cuando vemos a una persona mayor que va a aparcar su vehículo y de repente se encuentra con que no sabe para qué lugar tiene que girar la dirección: ese responde a un reflejo primitivo que no se ha integrado y que está activo en una persona.
Consiste en los movimientos que hace el bebé desde que nace hasta que es capaz de empezar a caminar. Es una repetición de los movimientos del bebé para ir integrando esos reflejos primitivos.
Primero se hace una evaluación de los reflejos primitivos que la persona tiene activos y que no han sido todavía integrados. En función de ésta se desarrolla un programa de trabajo con movimientos para que logre integrar esos reflejos y adquirir así esas habilidades que no tiene.
Esta terapia va dirigida a niños que tienen dificultades en desarrollar sus habilidades, niños inquietos o con déficit de atención, niños con problemas de psicomotricidad fina o gruesa, niños con dificultades de aprendizaje,dislexia, autismo, lateralidad,… Se aplica también en adolescentes y adultos.
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